En España tenemos un gran problema con los niños que presentan diversidad funcional como trisomía 21- síndrome de Down-, X frágil, síndrome de Williams, autismo, asperger, ceguera, sordera u otros porque son tratados de forma diferenciada en las escuelas.
Los centros educativos se encargan de hacer un dictamen y un psicodiagnóstico que le llevará al pequeño a una situación sin salida. Este dictamen es el preámbulo para ser llamado niño de necesidades educativas especiales, como si el resto de niños no fueran niños con necesidades inherentes. Al ser niño de necesidades, tendrá un camino marcado por la diferencia con el resto de compañeros.
Les harán desfases curriculares de 0 a 3 años con la antesala de que no son igual al resto de niños del aula. Esto significa que el pequeño repetirá un curso escolar. Puede que hable menos, que aún no haya conseguido no llevar pañal…pero esto comparándole con el resto de pequeños que si han conseguido esos logros, no se les suele hacer con otro tantos niños que tampoco han logrado eso hitos. por el simple hecho de que no presentan etiquetas de diversidad.
Pasan a primaria y las adaptaciones curriculares se ciernen sobre ellos. Eso significa que les reducirán el currículo y que no llevarán el mismo ritmo que sus compañeros. Por ser niños de “necesidades” repetirán dos veces. La brecha de conocimientos será tan grande al finalizar la primaria que pasar a secundaria con tres años de retrasos, solo será la antesala para ir a una escuela de educación especial, si es que no le han mandado antes.
Y no es que no puedan, es el sistema educativo el que les resta la oportunidad de demostrarlo, ni de aprender. La escuela ya ha ejercido su fuerza diciendo, ellos no alcanzan porque tienen síndromes, delecciones cromosómicas o cualquier cosa. Pero sabemos que unos ciegos hacen carrera universitaria, y que personas con síndrome de Down también alcanzan esos logros. ¿ Es entonces el supuesto handicap o es la estigmatización que padecen en las escuelas?
Pero tenemos una mirada de optimismo y posibilidad en nuestras escuelas. El Diseño Universal de Aprendizaje aborda la enseñanza desde el más profundo respeto del alumno.
Piensa que todos los niños pueden aprender, por eso les da oportunidades, sin importar las etiquetas sobre diversidad.
El D.U.A. trabaja en equipo. Trabaja desde las inteligencias múltiples y dejando el modelo de coeficiente intelectual donde solo son válidas cualidades como la memoria, la resolución de problemas matemáticos, que a día de hoy, sabemos que no son un aporte al desarrollo de la cognición ni al desarrollo como personas.
El D.U.A. emerge para dar estímulo a todos los sentidos en el aula. El movimiento es un hecho, ya no están los niños quietos en la silla sino que van a moverse para consultar, para coger material, etcétera. Verán vídeos, oirán narraciones, comentarán con sus compañeros. Tendrán una evaluación continua y mientras haya progreso, habrá valoración positiva o lo que es lo mismo, un aprobado.
Ningún niño será diferenciado con materiales pues todos utilizarán los mismos, ni les sacarán de las aulas para abordar contenidos, todos hacen los mismos contenidos y cada uno aporta sus cualidades. El que tiene menos capacidad lectora no leerá pero recortará imágenes para formar un mural común. El que expone en el grupo será el compañero que dará voz y que estimulará al compañero que aún no se lanza a hablar en público, todo llega dando tiempo al tiempo. Y llega, ya lo creo que llega, sin trabas y con positividad.
Aquí tenemos un modelo que aborda desde la equidad cualquier etiqueta social. Silvana Mabel Corso es la directora de La Rumania, un centro escolar en Buenos Aires. Niños sin etiquetas y con ellas conviven cada día. Llegan a su centro educativo algunos a dos horas de distancia en coche, pero saben que allí obtendrán una educación basada en el D.U.A. y en el potencial del niño, no en la carencia. Un futuro halagüeño gracias a una didáctica inclusiva basada en la confianza y en la labor del docente para aproximar los contenidos.
Conocí a Silvana hace años, cuando fue participante en los premios TED, a través de una amiga que sabía mi forma de pensar sobre educación y me dijo "Mira Paz, estáis en cada extremo del continente pero tan cerca".
El año pasado tuve la suerte de vernos en persona, ambas participábamos en las jornadas de Almansa sobre inclusión. Conocí su fuerza, compartí conocimientos y conversaciones. Hoy me viene la suerte de anunciar que he organizado esta jornada para ofrecer a profesionales y familias, la oportunidad de empoderarnos en este camino hacia la inclusión de las personas etiquetadas con diversidad funcional.
Así que este día 3 de febrero de 2.020 te esperamos en la conferencia y taller que Silvana Mabel Corso nos ofrecerá en la Universidad Autónoma de Madrid. A las 10 de la mañana en la sala de Grados de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación. En la calle Francisco Tomás y Valiente, 3
Y si quieres saber más sobre inclusión, sobre el trabajo que hacemos con niños con "necesidades", ponte en contacto con nosotros en Luz en la Finestra
Los centros educativos se encargan de hacer un dictamen y un psicodiagnóstico que le llevará al pequeño a una situación sin salida. Este dictamen es el preámbulo para ser llamado niño de necesidades educativas especiales, como si el resto de niños no fueran niños con necesidades inherentes. Al ser niño de necesidades, tendrá un camino marcado por la diferencia con el resto de compañeros.
Les harán desfases curriculares de 0 a 3 años con la antesala de que no son igual al resto de niños del aula. Esto significa que el pequeño repetirá un curso escolar. Puede que hable menos, que aún no haya conseguido no llevar pañal…pero esto comparándole con el resto de pequeños que si han conseguido esos logros, no se les suele hacer con otro tantos niños que tampoco han logrado eso hitos. por el simple hecho de que no presentan etiquetas de diversidad.
Pasan a primaria y las adaptaciones curriculares se ciernen sobre ellos. Eso significa que les reducirán el currículo y que no llevarán el mismo ritmo que sus compañeros. Por ser niños de “necesidades” repetirán dos veces. La brecha de conocimientos será tan grande al finalizar la primaria que pasar a secundaria con tres años de retrasos, solo será la antesala para ir a una escuela de educación especial, si es que no le han mandado antes.
Y no es que no puedan, es el sistema educativo el que les resta la oportunidad de demostrarlo, ni de aprender. La escuela ya ha ejercido su fuerza diciendo, ellos no alcanzan porque tienen síndromes, delecciones cromosómicas o cualquier cosa. Pero sabemos que unos ciegos hacen carrera universitaria, y que personas con síndrome de Down también alcanzan esos logros. ¿ Es entonces el supuesto handicap o es la estigmatización que padecen en las escuelas?
Pero tenemos una mirada de optimismo y posibilidad en nuestras escuelas. El Diseño Universal de Aprendizaje aborda la enseñanza desde el más profundo respeto del alumno.
Piensa que todos los niños pueden aprender, por eso les da oportunidades, sin importar las etiquetas sobre diversidad.
El D.U.A. trabaja en equipo. Trabaja desde las inteligencias múltiples y dejando el modelo de coeficiente intelectual donde solo son válidas cualidades como la memoria, la resolución de problemas matemáticos, que a día de hoy, sabemos que no son un aporte al desarrollo de la cognición ni al desarrollo como personas.
El D.U.A. emerge para dar estímulo a todos los sentidos en el aula. El movimiento es un hecho, ya no están los niños quietos en la silla sino que van a moverse para consultar, para coger material, etcétera. Verán vídeos, oirán narraciones, comentarán con sus compañeros. Tendrán una evaluación continua y mientras haya progreso, habrá valoración positiva o lo que es lo mismo, un aprobado.
Ningún niño será diferenciado con materiales pues todos utilizarán los mismos, ni les sacarán de las aulas para abordar contenidos, todos hacen los mismos contenidos y cada uno aporta sus cualidades. El que tiene menos capacidad lectora no leerá pero recortará imágenes para formar un mural común. El que expone en el grupo será el compañero que dará voz y que estimulará al compañero que aún no se lanza a hablar en público, todo llega dando tiempo al tiempo. Y llega, ya lo creo que llega, sin trabas y con positividad.
Aquí tenemos un modelo que aborda desde la equidad cualquier etiqueta social. Silvana Mabel Corso es la directora de La Rumania, un centro escolar en Buenos Aires. Niños sin etiquetas y con ellas conviven cada día. Llegan a su centro educativo algunos a dos horas de distancia en coche, pero saben que allí obtendrán una educación basada en el D.U.A. y en el potencial del niño, no en la carencia. Un futuro halagüeño gracias a una didáctica inclusiva basada en la confianza y en la labor del docente para aproximar los contenidos.
Conocí a Silvana hace años, cuando fue participante en los premios TED, a través de una amiga que sabía mi forma de pensar sobre educación y me dijo "Mira Paz, estáis en cada extremo del continente pero tan cerca".
El año pasado tuve la suerte de vernos en persona, ambas participábamos en las jornadas de Almansa sobre inclusión. Conocí su fuerza, compartí conocimientos y conversaciones. Hoy me viene la suerte de anunciar que he organizado esta jornada para ofrecer a profesionales y familias, la oportunidad de empoderarnos en este camino hacia la inclusión de las personas etiquetadas con diversidad funcional.
Así que este día 3 de febrero de 2.020 te esperamos en la conferencia y taller que Silvana Mabel Corso nos ofrecerá en la Universidad Autónoma de Madrid. A las 10 de la mañana en la sala de Grados de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación. En la calle Francisco Tomás y Valiente, 3
Y si quieres saber más sobre inclusión, sobre el trabajo que hacemos con niños con "necesidades", ponte en contacto con nosotros en Luz en la Finestra