Vamos a hacer una terapia. Es muy fácil, sólo hay que fijarse cada día un poquito. Miraremos a nuestro hijo con asombro, porque él o ella van a ser los protagonistas de nuestras anotaciones.
Si dejamos los teléfonos móviles a un lado, las llamadas inoportunas y pasamos un rato jugando con nuestros hijos, nos vamos a dar cuenta que hay guion para rato.
¡Preparadas, vamos a mirarles!
Se trata de ir viendo cuales son los logros que nuestros hijos consiguen en su desarrollo. Seguro que siempre tendríamos anotaciones, incluso cuando ya son mayores, porque no dejan de sorprender sus cambios y avances.
Vamos a estar cerca de sus logros y con nuestra mirada positiva:
¿Por qué vamos a hacer este diario de los logros de nuestros hijos?, porque cuanto más miramos sus logros, más nos emocionamos esperando o provocando el siguiente y les transmitimos posibilidad
Cuanto mayor entusiasmo vea el niño que provoca en sus padres haremos que mejore su autoestima. Prueba, verás cómo te sientes mejor y te das cuenta de que avanza más de lo que tú te puedas imaginar.
A modo de ejemplo con mi hija Violeta leo lo siguiente:
En febrero de 2016
Aún tiene seis años y hoy me hizo unas preguntas sorprendentes.
¿Dónde estaba yo antes de nacer? ¿Por qué estaba dentro de tu barriga?
Cuando lo volví a leer, me di cuenta de que muchas personas no se hacen planteamientos de este tipo. En aquel momento me pareció gracioso, pero ahora lo veo grandioso.
¡Mamas, manos a la obra! Podéis escribir sobre su primer día en el cine, escribid el primer salto, sus palabras y cómo son, cuando fue su primer día de piscina, la papilla y su reacción, como se aproximó a los niños en los columpios, la risa a carcajadas, cuando intento ponerse de pie, los cambios en la comida y como los acepta, como aprende los contenidos de los que le hablamos.
Hay tanto que admirar en ellos, que a veces nos despistamos con pesimismos y para sacudir ese pesimismo, vamos a mirar con los ojos de la mama más gratificada del mundo. Suerte tenemos mucha, anotémosla.
Escribid, escribid. Las anécdotas positivas os ayudan a borrar temores. Creeréis más en lo bueno y lo capaces que son vuestros hijos. Veréis lo bueno porque lo vais a buscar para escribirlo.
Acordaros, cada día una anécdota positiva.
Conoce cómo trabajamos en nuestro asesoramiento familiar en un clic.
Si dejamos los teléfonos móviles a un lado, las llamadas inoportunas y pasamos un rato jugando con nuestros hijos, nos vamos a dar cuenta que hay guion para rato.
¡Preparadas, vamos a mirarles!
Se trata de ir viendo cuales son los logros que nuestros hijos consiguen en su desarrollo. Seguro que siempre tendríamos anotaciones, incluso cuando ya son mayores, porque no dejan de sorprender sus cambios y avances.
Vamos a estar cerca de sus logros y con nuestra mirada positiva:
- Mirando sus anécdotas, sus progresos, las alegrías que nos dan.
- Poniendo la fecha en cada uno de ellos. Esto nos sirve para ir valorando lo que logran.
- Lo podemos compartir con su padre preguntándole si quiere anotar algo él también.
¿Por qué vamos a hacer este diario de los logros de nuestros hijos?, porque cuanto más miramos sus logros, más nos emocionamos esperando o provocando el siguiente y les transmitimos posibilidad
Cuanto mayor entusiasmo vea el niño que provoca en sus padres haremos que mejore su autoestima. Prueba, verás cómo te sientes mejor y te das cuenta de que avanza más de lo que tú te puedas imaginar.
A modo de ejemplo con mi hija Violeta leo lo siguiente:
En febrero de 2016
Aún tiene seis años y hoy me hizo unas preguntas sorprendentes.
¿Dónde estaba yo antes de nacer? ¿Por qué estaba dentro de tu barriga?
Cuando lo volví a leer, me di cuenta de que muchas personas no se hacen planteamientos de este tipo. En aquel momento me pareció gracioso, pero ahora lo veo grandioso.
¡Mamas, manos a la obra! Podéis escribir sobre su primer día en el cine, escribid el primer salto, sus palabras y cómo son, cuando fue su primer día de piscina, la papilla y su reacción, como se aproximó a los niños en los columpios, la risa a carcajadas, cuando intento ponerse de pie, los cambios en la comida y como los acepta, como aprende los contenidos de los que le hablamos.
Hay tanto que admirar en ellos, que a veces nos despistamos con pesimismos y para sacudir ese pesimismo, vamos a mirar con los ojos de la mama más gratificada del mundo. Suerte tenemos mucha, anotémosla.
Escribid, escribid. Las anécdotas positivas os ayudan a borrar temores. Creeréis más en lo bueno y lo capaces que son vuestros hijos. Veréis lo bueno porque lo vais a buscar para escribirlo.
Acordaros, cada día una anécdota positiva.
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