¿De dónde salen los niños con necesidades educativas especiales?
Desde que un niño nace, si presenta alguna diferencia, como síndrome de down, comienza a entrar en un paradigma médico. ¿Qúe quiere decir esto?, que desde que nace pasa por una serie de estudios médicos: analíticas, ecografías cerebrales e incluso intervenciones quirúrgicas en aras de posibles enfermedades y diagnósticos fatalistas.
El paradigma médico traslada a la familia a que sea atendida por una "fundación de síndrome de Down" donde se magnifica la idea de derecho a la vida y hacen caer a la familia en una espiral de autocomplacencia de una supuesta desgracia, que no es tal.
En estas fundaciones de síndrome de Down enseñan las letras, a los niños, con seis años, a escolarizarlos en centros educativos especiales a pesar de que Naciones Unidas, los declara segregacionistas.
También desde el centro hospitalario les derivan a los centros de atención temprana al igual que autistas, niños con acondroplasia, prematuros, trastornos del desarrollo en general.
Estos centros concertados en Madrid desde la comunidad autónoma, son asociaciones hechas hace cuarenta años, por personas sin formación académica - "para lo que van a hacer estos niños..."- dicen. Son asociaciones creadas por familiares que han convertido la capacidad y el potencial que puedan tener este colectivo, en auténticos dependientes de las asociaciones, que han basado sus intervencioenes en el puro asistencialismo y no en la intervención educativa, que sí se merecían tanto familiares como pequeños.
Desde que un niño nace, si presenta alguna diferencia, como síndrome de down, comienza a entrar en un paradigma médico. ¿Qúe quiere decir esto?, que desde que nace pasa por una serie de estudios médicos: analíticas, ecografías cerebrales e incluso intervenciones quirúrgicas en aras de posibles enfermedades y diagnósticos fatalistas.
El paradigma médico traslada a la familia a que sea atendida por una "fundación de síndrome de Down" donde se magnifica la idea de derecho a la vida y hacen caer a la familia en una espiral de autocomplacencia de una supuesta desgracia, que no es tal.
En estas fundaciones de síndrome de Down enseñan las letras, a los niños, con seis años, a escolarizarlos en centros educativos especiales a pesar de que Naciones Unidas, los declara segregacionistas.
También desde el centro hospitalario les derivan a los centros de atención temprana al igual que autistas, niños con acondroplasia, prematuros, trastornos del desarrollo en general.
Estos centros concertados en Madrid desde la comunidad autónoma, son asociaciones hechas hace cuarenta años, por personas sin formación académica - "para lo que van a hacer estos niños..."- dicen. Son asociaciones creadas por familiares que han convertido la capacidad y el potencial que puedan tener este colectivo, en auténticos dependientes de las asociaciones, que han basado sus intervencioenes en el puro asistencialismo y no en la intervención educativa, que sí se merecían tanto familiares como pequeños.
Su obsoleta y escasa iniciativa por mejorar la calidad de las familias y menores, cronifica un estado susceptible de intervención pero no de enconamiento. Me explico, es decir si a una familia le das pautas educativas puede abordar la situación de su hijo desde la potencialidad de alcanzar los mejores logros posibles, pero con personas sin ninguna formación académica, dirigiendo centros de estimulación temprana, concertados con comunidades autónomas como Madrid, Castilla la Mancha, Extremadura, etc. envían al fracaso y al sistema del tratamiento de la discapacidad, perpetuando un servicio que a día de hoy, no responde a las necesidades emergentes.
La estigmatización que estos centro de estimulación temprana no termina aquí, realizan un DICTAMEN, basándose en pruebas psicológicas para niños de desarrollo típico y lejos de evaluar: potencial y capacidades.
Con este dictamen aparecen en el colegio como niños de necesidades educativas especiales.
Con esta etiqueta pasan a la escuela. Allí se encuentran con la diferenciación del grupo, les tratan de diferente forma, les piden otros contenidos curriculares con adaptaciones innecesarias.
La escuela inclusiva ha de favorecer la democratización de la escolarización e impedir que se hagan itinerarios especiales para estos niños. Lo que necesitan son docentes preparados para abordar las necesidades explicitas de cada uno de ellos y trabajar conjuntamente con la familia, como cualquier alumno, sin diferencias.
La inclusión defiende la diferencia como cualidad inherente de cada uno de nosotros, aboga por defender que la diferencia es una cualidad que nos define, que suma. En un grupo podemos encontrarnos diferentes culturas, procedencias geográficas, realidades diversas, razas, personas en riesgo de exclusión social por su condición de pobreza, religiones distintas, personalidades diversas, personas en silla de ruedas o con síndrome de Down, en la democratización está la convivencia del respeto.
Así que hagamos una escuela inclusiva que cree ciudadanos inclusivos y que el eje sea la universalidad de los derechos humanos y de ciudadanía.
La estigmatización que estos centro de estimulación temprana no termina aquí, realizan un DICTAMEN, basándose en pruebas psicológicas para niños de desarrollo típico y lejos de evaluar: potencial y capacidades.
Con este dictamen aparecen en el colegio como niños de necesidades educativas especiales.
Con esta etiqueta pasan a la escuela. Allí se encuentran con la diferenciación del grupo, les tratan de diferente forma, les piden otros contenidos curriculares con adaptaciones innecesarias.
La escuela inclusiva ha de favorecer la democratización de la escolarización e impedir que se hagan itinerarios especiales para estos niños. Lo que necesitan son docentes preparados para abordar las necesidades explicitas de cada uno de ellos y trabajar conjuntamente con la familia, como cualquier alumno, sin diferencias.
La inclusión defiende la diferencia como cualidad inherente de cada uno de nosotros, aboga por defender que la diferencia es una cualidad que nos define, que suma. En un grupo podemos encontrarnos diferentes culturas, procedencias geográficas, realidades diversas, razas, personas en riesgo de exclusión social por su condición de pobreza, religiones distintas, personalidades diversas, personas en silla de ruedas o con síndrome de Down, en la democratización está la convivencia del respeto.
Así que hagamos una escuela inclusiva que cree ciudadanos inclusivos y que el eje sea la universalidad de los derechos humanos y de ciudadanía.