
Hace unos años que conozco, me voy a inventar su nombre, a Penélope.
A través de las redes sociales me conoció y me habló. "Qué bien habla usted de su hija, ojala mi familia hubiera hecho algo así conmigo. Se nota que confía en ella".
Y desde ahí conversaciones interminables. Ella está trabajando desde hace doce años en un comercio. Su etiqueta de diversidad funcional, sólo la permite trabajar media jornada. La he visto atender en el comercio. Envidiable. La preguntan y le da la mejor explicación que podáis imaginar, la mejor. El cliente que se da cuenta de que puede beneficiarse de la labor que hace, le sigue preguntando, otra y otra cosa más a lo que ella, no deja de dar respuesta. Eficiente, mucho. Amable, también
El problema o uno de ellos es que tiene un proceso de incapacitación. Todo su dinero: la ley de dependencia mensual, su salario y la aportación de la seguridad social como paga, se la queda la familia.
Explica que fue a un colegio ordinario. Me decían que yo no llegaría a nada, que yo no podría estudiar. Y lo recuerda como una piedra en su vida que sabe le ha obstaculizado el camino en la vida.
Lo recuerda con auténtico dolor. Y yo por dentro, mientras la escucho, me cubre una impotencia insoportable. Tal vez los que estamos hechos de esa pasta de sensibilidad social, nos duelen más que doblemente, las injusticias.
Pero lo peor fue cuando se decidió ir a vivir con su novio, sí, a sus 43 años, se fue con él. Los insultos proferidos por la familia aún me resuenan en mi cabeza.
Penélope ha sido reclamada por una gran organización que trabaja con personas con diversidad. La han hecho un proceso mediante engaños para que acuda a un tribunal médico que ha declarado que ella no está preparada para vivir sola.
Estas fundaciones hacen campañas televisivas, en días señalados...y también se ocupan de llevar mediante engaño el camino por donde toda la vida han querido llevar a personas que injustamente no han sido valoradas ni por su familia, ni por la sociedad, mas bien han sido enviadas al ostracismo de las oportunidades.
Penélope llora el mal trato de su familia, la espalda que le han dado por hacer su vida independiente. Penélope les sigue llamando y sigue recibiendo sus insultos. Tan sólo se ponen en contacto para que les firme documentación y no perder la prestación.
"Su cabeza no da mas de sí para estudiar, dijo el profesor de sexto curso", la vida da muchas vueltas Paz, cuando me le encontré a este profesor y me vio trabajando, no sabía donde meterse. Ahí me estanque, desde que ese profesor dijo eso, dejé de ir al colegio. Necesitamos un empuje, los que tenemos diversidad...pero nadie me ayudó. La familia no se implicó en mi vida. Al fin y al cabo son mis padres y mis hermanos, les quiero, lo que les pasa es que no saben ver más allá. No les deseo ningún mal.
Tanto amor no cabe en un certificado, tanta inteligencia emocional y capacidad de superación no sale en las revistas de moda, ni les dan títulos en las escuelas. Nos perdemos lo bueno de la vida, sin las personas que saben amar, y no es que amen porque son tontos y diversos...son personas únicas, como cada uno de nosotros, y ésta, es una de ellas.
Desde la asociación hago mucha escucha. Petición de justicia gratuita. Realización de informes y acompañamientos.
Todos las personas nacen con unos derechos inalienables. A muchas de ellas las incapacitan y con ello pierden su derecho al voto, a sus cuentas bancarias,a casarse, a su derecho a decidir pues les exigen ir delante de un forense para dar explicaciones de su vida privada, les niegan el acceso a presentarse a convocatorias de empleo público. Y si esto es digno para alguien, seamos sinceros, si alguien quiere esto para su hijo es que aún no ha valorado que pueden, pero hay que acercarse a su vida y preguntar, intuir y darles las alas de la libertad en su criterio, no en el nuestro.
No hacen falta alas
Para ser más bellos
Basta el buen sentido
Del amor inmenso
No hacen falta alas para alzar el vuelo. Silvio Rodríguez.
A través de las redes sociales me conoció y me habló. "Qué bien habla usted de su hija, ojala mi familia hubiera hecho algo así conmigo. Se nota que confía en ella".
Y desde ahí conversaciones interminables. Ella está trabajando desde hace doce años en un comercio. Su etiqueta de diversidad funcional, sólo la permite trabajar media jornada. La he visto atender en el comercio. Envidiable. La preguntan y le da la mejor explicación que podáis imaginar, la mejor. El cliente que se da cuenta de que puede beneficiarse de la labor que hace, le sigue preguntando, otra y otra cosa más a lo que ella, no deja de dar respuesta. Eficiente, mucho. Amable, también
El problema o uno de ellos es que tiene un proceso de incapacitación. Todo su dinero: la ley de dependencia mensual, su salario y la aportación de la seguridad social como paga, se la queda la familia.
Explica que fue a un colegio ordinario. Me decían que yo no llegaría a nada, que yo no podría estudiar. Y lo recuerda como una piedra en su vida que sabe le ha obstaculizado el camino en la vida.
Lo recuerda con auténtico dolor. Y yo por dentro, mientras la escucho, me cubre una impotencia insoportable. Tal vez los que estamos hechos de esa pasta de sensibilidad social, nos duelen más que doblemente, las injusticias.
Pero lo peor fue cuando se decidió ir a vivir con su novio, sí, a sus 43 años, se fue con él. Los insultos proferidos por la familia aún me resuenan en mi cabeza.
Penélope ha sido reclamada por una gran organización que trabaja con personas con diversidad. La han hecho un proceso mediante engaños para que acuda a un tribunal médico que ha declarado que ella no está preparada para vivir sola.
Estas fundaciones hacen campañas televisivas, en días señalados...y también se ocupan de llevar mediante engaño el camino por donde toda la vida han querido llevar a personas que injustamente no han sido valoradas ni por su familia, ni por la sociedad, mas bien han sido enviadas al ostracismo de las oportunidades.
Penélope llora el mal trato de su familia, la espalda que le han dado por hacer su vida independiente. Penélope les sigue llamando y sigue recibiendo sus insultos. Tan sólo se ponen en contacto para que les firme documentación y no perder la prestación.
"Su cabeza no da mas de sí para estudiar, dijo el profesor de sexto curso", la vida da muchas vueltas Paz, cuando me le encontré a este profesor y me vio trabajando, no sabía donde meterse. Ahí me estanque, desde que ese profesor dijo eso, dejé de ir al colegio. Necesitamos un empuje, los que tenemos diversidad...pero nadie me ayudó. La familia no se implicó en mi vida. Al fin y al cabo son mis padres y mis hermanos, les quiero, lo que les pasa es que no saben ver más allá. No les deseo ningún mal.
Tanto amor no cabe en un certificado, tanta inteligencia emocional y capacidad de superación no sale en las revistas de moda, ni les dan títulos en las escuelas. Nos perdemos lo bueno de la vida, sin las personas que saben amar, y no es que amen porque son tontos y diversos...son personas únicas, como cada uno de nosotros, y ésta, es una de ellas.
Desde la asociación hago mucha escucha. Petición de justicia gratuita. Realización de informes y acompañamientos.
Todos las personas nacen con unos derechos inalienables. A muchas de ellas las incapacitan y con ello pierden su derecho al voto, a sus cuentas bancarias,a casarse, a su derecho a decidir pues les exigen ir delante de un forense para dar explicaciones de su vida privada, les niegan el acceso a presentarse a convocatorias de empleo público. Y si esto es digno para alguien, seamos sinceros, si alguien quiere esto para su hijo es que aún no ha valorado que pueden, pero hay que acercarse a su vida y preguntar, intuir y darles las alas de la libertad en su criterio, no en el nuestro.
No hacen falta alas
Para ser más bellos
Basta el buen sentido
Del amor inmenso
No hacen falta alas para alzar el vuelo. Silvio Rodríguez.