Hemos oído durante muchos años que los niños con trisomía 21, síndrome de Down, tienen dificultades con los aprendizajes de la materia de matemáticas.
También los oímos, y los datos así lo demuestran, que el resto de población común, les sucede lo mismo y son peores sus resultados académicos en esta materia de matemáticas que en el resto de conocimientos.
Se presupone que por tener trisomía 21 no aprenden, lo hacen lentamente, lo hacen de forma memorística sin entender conceptos...se presupone. Este hecho debilita aún más una imagen estigmatizada ya de por sí, de las personas y niños con trisomía 21.
Y nos debiéramos de preguntar por qué teniendo la misma trisomía 21 unos aprenden mejor que otros. ¿Hay población con más capacidades dentro de la trisomía 21? Pues puede ser al igual que sucede con el resto de población común. No hay dos personas iguales y categorizar en "los niños con síndrome de Down" aprenden de tal o cual manera, da como resultado el aglutinar sin individualizar en personas con distintas oportunidades.
Estas oportunidades vienen desde diferentes ámbitos: las características propias de cada individuo y las posibilidades que le dé el entorno.
Saber mucha historia o biología u otro conocimiento no me hace buen transmisor de estas ciencias. Sólo la pedagogía y la educación son portadoras de buenas prácticas.
Y aquí he de aludir que la educación social es la formación académica idónea para romper estigmatizaciones. Donde otras ciencias han creado diagnósticos y bases asistencialistas, la educación social fija su mirada, conociendo la peculiaridades totales del individuo, en extraer y minimizar los efectos que las etiquetas han creado sobre el niño o individuo. La educación social es el futuro habilitador de un concepto integrador de la trisomía 21.
En los niños con trisomía 21 que han venido siendo observados desde un modelo médico donde prevalece la falta en vez de fijar la atención en las potencialidades, ha esgrimido una serie de prejuicios que han soslayado sus grandes capacidades.
Todos los niños tienen capacidades intrínsecas. Saber transmitir los conocimientos por parte de docentes que dejen de tener una visión discapacitante sobre ellos, ayudará a dejarles expresar, que Si Pueden.
La determinación de la familia es fundamental en este aspecto. Permite que tu hijo experimente, aliéntale, muéstrale nuevos conocimientos y fíjate, en su potencial. No hay que hacer nada diferente, eso estigmatiza y les configura una falta de autoestima, un educador lo sabe. Y los padres conocemos muy bien a nuestros hijos.
Normalizar y no diagnosticar, Pueden, todos pueden.
Si quieres que te ayudemos en sus aprendizajes contacta con nuestra asesoría. Los resultados nos avalan.
También los oímos, y los datos así lo demuestran, que el resto de población común, les sucede lo mismo y son peores sus resultados académicos en esta materia de matemáticas que en el resto de conocimientos.
Se presupone que por tener trisomía 21 no aprenden, lo hacen lentamente, lo hacen de forma memorística sin entender conceptos...se presupone. Este hecho debilita aún más una imagen estigmatizada ya de por sí, de las personas y niños con trisomía 21.
Y nos debiéramos de preguntar por qué teniendo la misma trisomía 21 unos aprenden mejor que otros. ¿Hay población con más capacidades dentro de la trisomía 21? Pues puede ser al igual que sucede con el resto de población común. No hay dos personas iguales y categorizar en "los niños con síndrome de Down" aprenden de tal o cual manera, da como resultado el aglutinar sin individualizar en personas con distintas oportunidades.
Estas oportunidades vienen desde diferentes ámbitos: las características propias de cada individuo y las posibilidades que le dé el entorno.
Saber mucha historia o biología u otro conocimiento no me hace buen transmisor de estas ciencias. Sólo la pedagogía y la educación son portadoras de buenas prácticas.
Y aquí he de aludir que la educación social es la formación académica idónea para romper estigmatizaciones. Donde otras ciencias han creado diagnósticos y bases asistencialistas, la educación social fija su mirada, conociendo la peculiaridades totales del individuo, en extraer y minimizar los efectos que las etiquetas han creado sobre el niño o individuo. La educación social es el futuro habilitador de un concepto integrador de la trisomía 21.
En los niños con trisomía 21 que han venido siendo observados desde un modelo médico donde prevalece la falta en vez de fijar la atención en las potencialidades, ha esgrimido una serie de prejuicios que han soslayado sus grandes capacidades.
Todos los niños tienen capacidades intrínsecas. Saber transmitir los conocimientos por parte de docentes que dejen de tener una visión discapacitante sobre ellos, ayudará a dejarles expresar, que Si Pueden.
La determinación de la familia es fundamental en este aspecto. Permite que tu hijo experimente, aliéntale, muéstrale nuevos conocimientos y fíjate, en su potencial. No hay que hacer nada diferente, eso estigmatiza y les configura una falta de autoestima, un educador lo sabe. Y los padres conocemos muy bien a nuestros hijos.
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