Vienen unos días muy especiales para los pequeños de la casa, la tan esperada Navidad. Montar el árbol de navidad o el Belén con los peques es toda una guía de crecimiento y un regalo compartido como es pasar ratos entrañables que quedan en su recuerdo. A la vez convertimos en tradiciones de la casa o rituales que nos vinculan.
Un año hay que ayudarles y enseñarles a colocar los adornos, a decirles que primero se ponen las luces y luego los adornos. El portal con el niño al lado de los padres. Para el siguiente año podemos comprobar que su destreza ha mejorado y que son capaces de abrir esos hilos que permiten colgar los adornos y ellos mismos eligen dónde poner cada uno.
Muchos de los niños recibirán regalos en la esperada noche de Noche Buena. Acostarse temprano, la emoción llena de magia que brilla en sus ojos, el ruido de sus pisadas corriendo en la mañana –algunos no esperan y ya de madrugada han dado alguna sorpresa a los propios Reyes Magos o a Papa Noel-, y las voces de alegría al haber recibido ese juguete tan esperado.
Estos magos de la noche son capaces de iluminar y llenar de ilusión su noche más memorable con sus camellos y trineos depositando algo más que un embalaje bien adornado. Estos magos nocturnos piensan y repiensan cuál es la mejor opción algo que les haga aprender, algo que les aporte. ¡Pues es bien fácil!
Siempre me ha gustado la capacidad de expresión de los peques y jugar con ellos a proyectar nos permite aprender muchos sobre sus sentimientos, observándoles y jugando juntos, a veces dirigiendo el juego y otras dejando que su imaginación vuele.
¡Un teatro de guiñol es fantástico!
Podemos emplear uno como este o bien tenemos sillones que se pueden mover y hacer de tramoya. ¿Y qué le cuentas al niño, las ciencias naturales? Me decía una mama el otro día cuando se lo propuse. Bueno pues si da lugar sería una forma más amena que te lo cuente una abuelita, un rey o una bruja buena. Pero podemos hacer un vínculo donde la expresión y la diversión nos sirva para aprender
- Puede elegir el personaje que quiere ser o que quiera interpretar y ahí podemos estar bien atentos. Nos va a contar mucho si sabemos dar tiempo y escuchar. Dejamos que hable con su muñeco de guiñol elegido a ver qué expresa su parte más inconsciente.
- Sirve para potenciar el habla
- Fomenta la imaginación
- Podemos cambiar tantas veces como queramos de personaje
- Tendremos siempre un espectáculo en constante cambio, como su vida y sus experiencias.
- Olvidaremos el miedo escénico y ayudaremos a que la representación se haga a otros familiares, amigo o vecinos
Siempre, siempre el mejor regalo es estar con ellos y ser un buen referente con el que pueden sentirse grandes niños.
¡Feliz Navidad¡ y ¡felices interpretaciones teatrales, a jugar!
Permite que te contemos más y personalizado en nuestra asesoría familiar, te esperamos.