
Las mamás me seguís preguntando por el té verde: ¿qué hay de cierto sobre el té verde?, ¿a qué edad comienzo a dárselo?, ¿qué marca es la más adecuada?, ¿puede ser contraproducente para la salud de mi bebé?, ¿cómo se lo doy?
Desde que nació Violeta, hace siete años, oí comentarios sobre el estudio que se ha realizado en España sobre la relación del té verde y la supuesta mejora de la cognición de niños y adultos con síndrome de Down.
Se ha encontrado en el té verde un inhibidor natural de la proteína dyrk1A, la epigalocatequina galato, un polifenol con propiedades antioxidantes. Parece ser que el exceso de esta proteína en el cerebro de las personas con síndrome de Down puede interferir en la plasticidad necesaria para los procesos de aprendizaje.
Tras el consumo de té verde en personas con síndrome de Down han demostrado que hay un aumento de las conexiones neuronales en la región frontal de su cerebro, lo que sugiere un aumento en su capacidad de procesar la información. ¡Buena noticia!
Más allá de estudios, los niños con síndrome de Down se merecen una normalización en su vida y en la percepción que conlleva que a los padres les digan que van a tener dificultades. Imaginaros si con cualquiera de vuestros hijos os dijeran que pueden estar enfermo, que dudan de su cognición –inteligencia-, que sus capacidades estarán mermadas… es realmente difícil sobrevivir indemne ante semejantes comentarios. Así, que si damos té verde pero creemos eso falsos mitos, flaco favor. No es una panacea, es un soporte si va acompañado de una buena comprensión de lo que es el síndrome de Down.
Se les da a los bebés: se les está ofreciendo desde bien pequeños en hospitales de referencia Madrid, incluso niños con cardiopatías.
Se ha de controlar con una analítica de sangre pues puede aumentar sus transaminasas, lo que implica que puede afectar a su función hepática. Con suspenderlo sería suficiente y se puede volver a reanudar cuando los niveles mencionados se estabilicen. Habrá que hacer controles periódicos.
Se aprecia una mejora en la concentración, en la constancia de hacer trabajos, en la mejora de la interacción en el entorno.
Sin teína, por favor. Hay marcas que se venden en la red que no tienen teína. Ese sería el producto adecuado. Sin teína no vamos a producir un efecto no deseado como el nerviosismo.
El sabor es francamente desagradable. Para dárselo a un pequeño es preferible hacerlo con un producto que le guste como una compota de manzana o un puré. Ponerle la parte de té entre medias para que no note el sabor. Cuando sea más mayor podrá ingerir la cápsula.
Se debe tomar de forma continua como un hábito saludable.
Algo bueno: es muy barato.
Nosotras lo tomamos, yo desde hace semanas, Violeta desde los cuatro o cinco años.
Veo que los padres se sienten satisfechos cuando usan el té verde, observan que sus hijos mejoran e incrementa la sucesión de mejores interacciones en la familia, y eso es muy bueno para los niños con síndrome de Down. Mejores expectativas familiares, mejor autoestima, mejores aprendizajes.
Ponte en contacto con nosotros si quieres que trabajemos juntas, en un click te informo de mis sesiones familiares.
Desde que nació Violeta, hace siete años, oí comentarios sobre el estudio que se ha realizado en España sobre la relación del té verde y la supuesta mejora de la cognición de niños y adultos con síndrome de Down.
Se ha encontrado en el té verde un inhibidor natural de la proteína dyrk1A, la epigalocatequina galato, un polifenol con propiedades antioxidantes. Parece ser que el exceso de esta proteína en el cerebro de las personas con síndrome de Down puede interferir en la plasticidad necesaria para los procesos de aprendizaje.
Tras el consumo de té verde en personas con síndrome de Down han demostrado que hay un aumento de las conexiones neuronales en la región frontal de su cerebro, lo que sugiere un aumento en su capacidad de procesar la información. ¡Buena noticia!
Más allá de estudios, los niños con síndrome de Down se merecen una normalización en su vida y en la percepción que conlleva que a los padres les digan que van a tener dificultades. Imaginaros si con cualquiera de vuestros hijos os dijeran que pueden estar enfermo, que dudan de su cognición –inteligencia-, que sus capacidades estarán mermadas… es realmente difícil sobrevivir indemne ante semejantes comentarios. Así, que si damos té verde pero creemos eso falsos mitos, flaco favor. No es una panacea, es un soporte si va acompañado de una buena comprensión de lo que es el síndrome de Down.
Se les da a los bebés: se les está ofreciendo desde bien pequeños en hospitales de referencia Madrid, incluso niños con cardiopatías.
Se ha de controlar con una analítica de sangre pues puede aumentar sus transaminasas, lo que implica que puede afectar a su función hepática. Con suspenderlo sería suficiente y se puede volver a reanudar cuando los niveles mencionados se estabilicen. Habrá que hacer controles periódicos.
Se aprecia una mejora en la concentración, en la constancia de hacer trabajos, en la mejora de la interacción en el entorno.
Sin teína, por favor. Hay marcas que se venden en la red que no tienen teína. Ese sería el producto adecuado. Sin teína no vamos a producir un efecto no deseado como el nerviosismo.
El sabor es francamente desagradable. Para dárselo a un pequeño es preferible hacerlo con un producto que le guste como una compota de manzana o un puré. Ponerle la parte de té entre medias para que no note el sabor. Cuando sea más mayor podrá ingerir la cápsula.
Se debe tomar de forma continua como un hábito saludable.
Algo bueno: es muy barato.
Nosotras lo tomamos, yo desde hace semanas, Violeta desde los cuatro o cinco años.
Veo que los padres se sienten satisfechos cuando usan el té verde, observan que sus hijos mejoran e incrementa la sucesión de mejores interacciones en la familia, y eso es muy bueno para los niños con síndrome de Down. Mejores expectativas familiares, mejor autoestima, mejores aprendizajes.
Ponte en contacto con nosotros si quieres que trabajemos juntas, en un click te informo de mis sesiones familiares.